La re significación de la fundación de La Paz

La re significación de la fundación de La Paz

Pedro Susz, presidente del Concejo Municipal, aborda el hecho fundacional desde una mirada autocrítica exenta de protocolos.

Pedro Susz

La Paz, octubre 23  (CMLP/ GAMLP).-  El 20 de octubre, fecha en que se recuerda la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, tiene una triple significación para los paceños, afirma Pedro Susz, presidente del Concejo Municipal. “Rendir tributo a quienes la fundaron; reconocer a personas, instituciones y organizaciones que actualmente contribuyen al desarrollo y al progreso de La Paz; y, fundamentalmente, es una fecha propicia para reflexionar acerca del mismo hecho fundacional”, indica la autoridad.

“Lo que sucedió en torno al 20 de octubre de 1548 puede entenderse como una colisión intercivilizatoria, la imposición de una cultura advenediza que intentó expulsar de la historia, de forma brutal en algunos casos, a las culturas preexistentes. Se ha buscado extirpar de la memoria colectiva de los paceños y paceñas esa verdadera historia que no sólo debe focalizarse en quiénes vinieron sino asimismo reposicionar a quiénes ya estaban aquí”, razona el presidente del Concejo Municipal.

Cavila: “Esa impronta siguió y sigue, actualmente, con la imposición de modelos de desarrollo calcados de otras latitudes donde el espacio público común se ha convertido en la suma de lugares carentes de identidad y vacíos de historia, sitios de circulación y consumo, donde la comunicación se redujo al tamaño de 140 caracteres, sin compromiso afectivo alguno”.

Modelos de sociedad donde la divinización tecnológica, la siliconización del mundo y el paradigma de la inteligencia artificial con su subproducto expresado en el concepto de ciudad inteligente, han creado una realidad virtual que anulan la cosmovisión, las costumbres y la identidad, acentuando, cada vez más, la consolidación de privilegios, generando, así, más discriminación.

Ante ese escenario, Susz plantea como imperativo inexcusable la “sostenida relectura crítica de la historia, purgándola de las interpretaciones negadoras de la diversidad para no quedar atrapados en la especiosa red discursiva propicia a la adopción acrítica de esa retórica racista, misógina, xenófoba y excluyente”.

“Se trata, entonces, de restituir la verdad; de reencontrarnos con el pasado para construir un futuro propio; de pensar la planificación urbana de otra manera, centrándose en la gente -superando la concepción obrista, del cemento y de la divinización tecnológica- para devolverle el derecho a la ciudad, al espacio público urbano, entendido como un ámbito de intercambio simbólico, de diálogo entre múltiples cosmovisiones disímiles que, por supuesto, incluyen también al conflicto”, reflexiona.

En síntesis, se debe buscar hacer más fluido, más rico y, sobre todo, más respetuoso ese diálogo intercivilizatorio, concluye Susz.

ELT 23/10/18

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